La enfloración con grasas —conocida tradicionalmente como enfleurage— es una de las técnicas más antiguas y delicadas de la perfumería artesanal. Nació en Grasse, Francia, a fines del siglo XVIII, cuando se buscaba capturar el aroma de flores frágiles como el jazmín o la rosa, que se arruinaban con el calor de la destilación.
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En su origen se usaban grasas animales refinadas en placas de vidrio (chassis), sobre las que se renovaban pétalos frescos hasta impregnar el aroma. Hoy, de forma casera y natural, podemos hacerlo con mantecas vegetales neutras como karité o cacao.
🔧 Materiales necesarios
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Manteca vegetal neutra (karité, cacao, coco desodorizado)
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Flores frescas sin tallo ni humedad (rosa, jazmín, gardenia, azahar, violetas, madreselva)
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Frasco ancho o bandeja de vidrio
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Espátula o cuchillo plano
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Tapa o film transparente
🧪 Procedimiento paso a paso
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Extender una fina capa de grasa (1 cm aprox.) en el frasco o bandeja.
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Colocar cuidadosamente los pétalos frescos sobre la grasa, presionando apenas.
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Cubrir herméticamente y dejar reposar en un lugar fresco y seco, sin luz directa, entre 24 y 48 h.
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Retirar las flores marchitas y reemplazarlas por nuevas. Repetir este proceso 5 a 7 veces.
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Al final, la grasa quedará saturada con el perfume floral.
🌿 Usos del producto final
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Como perfume sólido en muñecas y cuello.
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Como base para ungüentos o bálsamos florales.
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Como fase grasa en cosmética natural (pomadas, cremas, mantecas corporales).
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💡 Tip: si disolvés la grasa en alcohol de 96º y la filtrás después de unos días, obtenés un perfume líquido artesanal.
Un dato extra
La enfloración es también un ritual de paciencia y cuidado, perfecto para conectar con la energía de las flores y traer a tu vida la vibración amorosa del chakra corazón.
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