La ruda, regida por Marte, encarna la energía del fuego: intensa, directa, protectora. Su aroma fuerte y penetrante ahuyenta lo que no debe acercarse y despierta el valor interior.
La vainilla, por su parte, pertenece a Venus: dulce, envolvente, acuática. Su perfume abraza, suaviza y atrae lo bello, lo deseado, lo que vibra en armonía.
Ambas son pasionales, pero con fuerzas opuestas y complementarias. Mientras Marte defiende con bravura, Venus repara con ternura. Juntas equilibran el instinto y la emoción, el impulso y el placer, creando una esencia que protege y a la vez consuela.
Receta
Ingredientes:
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Ramas o hojas de ruda recién podadas (no compactar demasiado dentro del frasco).
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1 vaina de vainilla natural.
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3 partes de agua (filtrada o destilada).
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7 partes de alcohol de cereal o alcohol etílico al 96%.
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1 frasco de vidrio con tapa.
Preparación:
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Colocá la ruda en el frasco, dejando espacio suficiente para que el alcohol circule libremente entre las ramas.
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Añadí las vainas de vainilla, abiertas a lo largo para liberar su aroma.
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Verté las partes de agua y alcohol en la proporción indicada (3:7).
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Cerrá el frasco y guardalo en un lugar oscuro durante 40 días, agitándolo suavemente cada semana para potenciar la maceración.
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Pasado ese tiempo, filtrá el contenido y guardá el líquido en un envase pulverizador o frasco ámbar.
Uso y conservación
Esta loción actúa como un protector energético y emocional, ideal para rociar el ambiente, los objetos personales o el propio cuerpo antes de situaciones demandantes o cargadas.
Su aroma combina la intensidad purificadora de la ruda con la dulzura reconfortante de la vainilla, equilibrando las fuerzas del fuego y el agua.
Conserva su potencia y perfume hasta dos años, si se guarda en lugar fresco y oscuro.
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