1. Mezcla base
En un cuenco colocá la miel cruda, que funciona como aglutinante y soporte energético.
Agregá los ingredientes secos de la pasta (hierbas, resinas o especias) y mezclá hasta obtener una masa homogénea, maleable, sin exceso de humedad.
2. Aireado inicial
Dejá reposar la mezcla al aire durante una semana, en un lugar oscuro y ventilado.
Este tiempo permite que la miel estabilice la textura, que la humedad excedente evapore y que la energía de la preparación “asiente” antes del modelado.
3. Rebozado alquímico
Pasado el proceso de aireado, llega el momento del rebozado.
Usá una planta seca que tenga correspondencia o lógica energética con la pasta:
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lunar → flores o hierbas lunares,
-
venusina → especias o pétalos afines,
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solar → hierbas o resinas de regencia solar.
El rebozado facilita el secado, evita que se pegue y sostiene la intención energética de la mezcla.
4. Dar forma de conito
Con las manos levemente humedecidas o apenas enharinadas con la misma planta, tomá porciones pequeñas y formá un cono compacto.
El rebozado exterior ayuda a sostener la estructura y evita que se hunda.
5. Secado sobre papel
Colocá cada conito sobre un papel absorbente o manteca, dejando espacio entre ellos.
El papel ayuda a retirar la humedad superficial y permite un secado más parejo.
6. Corrección según humedad ambiental
Si el ambiente está muy húmedo o las pastas tardan en endurecer, espolvoreá ligeramente con:
-
harina de pino, o
-
arcilla volcánica.
Ambos materiales absorben exceso de humedad sin alterar la energía de la pasta.
7. Secado final
Dejá reposar entre 4 y 7 días, según el clima.
Las pastas estarán listas cuando el exterior esté firme pero no quebradizo.


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